El reverendo Patrick Joseph (PJ) O'Reilly cumplió el mandato más largo de todos los párrocos asignados a St. Joseph, de 1907 a 1930. Era un irlandés de fuerte personalidad, ingenio rápido y corazón tierno, y su reputación se volvió legendaria en los anales de la parroquia de St. Joseph. El padre O'Reilly estaba comprometido con la educación católica. En 1910, se colocó la piedra angular de una nueva escuela de tres pisos. Se establecieron programas deportivos, se formaron tropas de scouts y se creó un curso comercial de dos años para preparar a los estudiantes para el mercado laboral. Los "St. Joseph's Gem Minstrels" comenzaron en 1912 y perduraron durante treinta y seis años. El padre O'Reilly fue responsable de redecorar la iglesia, ampliar la rectoría, mejorar la calidad de las liturgias parroquiales con coros y acompañamiento musical, y de establecer las sociedades del Santo Nombre y del Altar y el Rosario en la parroquia. Murió inesperadamente en febrero de 1930 después de una breve enfermedad.

Los años de posguerra trajeron consigo crecimiento y expansión. Una sucesión de sacerdotes viatorianos y hermanas ursulinas proporcionaron liderazgo educativo y espiritual. Un incendio en el auditorio del tercer piso de la escuela en 1949 dio lugar a una extensa reconstrucción. Se construyó un gimnasio parroquial en 1956 y se añadieron aulas adicionales a la escuela. La Confraternidad de la Doctrina Cristiana vio a más de 200 feligreses adultos reunirse en casas de familia. El reverendo Edward Gorman, CSV fue nombrado párroco en 1962, unos meses antes del Concilio Vaticano II. La convergencia de las nuevas directrices del Concilio, la creciente población de la parroquia y las necesidades de reparación en la iglesia llevaron a la decisión de reemplazarla. La construcción de una nueva iglesia comenzó en 1966; se inauguró en la festividad de San José, el 19 de marzo de 1968. En 1986 se hicieron nuevas ampliaciones a la Escuela San José y se demolió el edificio de 1910. Las oficinas parroquiales se agregaron en 1988. Hoy, con su iglesia moderna, nuevos edificios y una nueva visión inspirada en el Vaticano II, la Parroquia de San José está bien equipada para su futuro.